¿Por qué sigues con dolor si te han dicho que todo está “normal”?
Primero, hablemos de ti. Si estás leyendo esto, es muy probable que hayas pasado por varios profesionales de la salud que, a pesar de sus esfuerzos, no han logrado ayudarte como tú esperabas. No puedo asegurar por qué no funcionó. Pero sí puedo imaginar una posible razón: muchos de esos enfoques han sido reduccionistas.
Te han dicho que tu dolor de rodilla está solo en la rodilla.
Que si tu radiografía muestra desgaste, entonces esa debe ser la causa de tu problema.
Que si no aparece en la imagen, entonces no existe.
Pero… ¿y si te dijera que hay personas con condromalacia rotuliana tan avanzada como la tuya (o incluso peor) que no sienten dolor?
¿Y que también hay quienes tienen informes radiológicos impecables… y aún así viven con dolor constante?
Entonces, ¿cuál es la lógica?
El objetivo: resolver, no aliviar
Mi intención en la consulta es simple: ayudarte a resolver tu problema de forma eficiente y eficaz.
Y para eso, hay que aplicar una lógica sencilla: descubrir la causa real del dolor y actuar sobre ella.
Parece fácil. Pero ahí está la dificultad: muchas de estas causas no se pueden “ver” en una imagen.
La mayoría de los problemas que abordamos son funcionales, no anatómicos. Es decir, son reales… pero no salen en una resonancia.
No hay un examen que detecte un Complejo de Subluxación Vertebral (CSV).
Ni una imagen que muestre un síndrome miofascial.
Pero ambos existen, y con frecuencia están presentes en personas que viven años con dolores que interrumpen su vida diaria:
hacer ejercicio, tocar música, practicar un hobby, trabajar o incluso disfrutar en familia.
La raíz de mi práctica
Por eso me dedico a la quiropráctica: porque combina filosofía, ciencia y arte para entender lo que muchas veces no se ve, pero sí se siente.
Mi enfoque es buscar la causa, no solo apagar el síntoma.
Y para lograrlo, una buena evaluación es fundamental. Ahí empieza todo.
Con el tiempo, he complementado esta base con herramientas que, usadas bajo el mismo razonamiento, nos permiten obtener resultados más rápidos y profundos.
Mi eje es, y seguirá siendo, la quiropráctica. Pero entiendo que a veces no basta con ajustar el CSV.
Por eso, cuando hay causas secundarias involucradas, utilizo otras técnicas que me permiten abordar problemas musculares, tendinopatías, condiciones ortopédicas, posturales y más.
Una vida sana no es un ideal lejano
Independiente de tu edad, puedes vivir con normalidad y plenitud.
Sé que para muchas personas esto parece imposible. Pero en la mayoría de los casos, el principal obstáculo no es el cuerpo… sino la mente.
La salud tiene tres pilares: emocional, química y mecánica. Y mantenerlos es más simple de lo que parece.
1. Emoción
Descanso suficiente, amor, relaciones sanas, y sobre todo, un propósito que te motive a levantarte cada mañana.
2. Química
Alimentación real. Evitar lo procesado. Comer como si vivieras en una granja del siglo XVIII: carnes, vegetales, fermentados, agua.
No es mi trabajo dictar dietas, pero sí recordarte que alimentarte bien es respetarte.
3. Mecánica
Cuidar tu columna con ajustes regulares.
Moverte según tu estilo de vida: si trabajas en oficina, necesitas estirarte y moverte.
Si trabajas con esfuerzo físico, necesitas fortalecer y elongar bien.
No se trata solo de moverse más. Se trata de moverse mejor.
Tu vida, tus decisiones
Tu vida está en tus manos. Yo puedo ayudarte, pero a veces, el mayor obstáculo que encuentro en mi consulta no es el diagnóstico… sino la resistencia de la propia persona.
Gracias por tomarte el tiempo de leerme.
Si tienes dudas, escríbeme a mi correo o en la página de Facebook.
A continuación, te dejo un resumen de mi formación académica.